Hoy comentaremos el caso del colapso del puente de Tacoma Narrows (EE.UU.), apodado también como "Galloping Gertie". En su momento, fue el tercer puente colgante más grande del mundo, con 1600 metros de longitud y una distancia entre soportes de 850 metros.
La construcción de este puente, diseñado por Clark Eldridge y modificado por Leon Moisseiff se inició el 23 de noviembre de 1938, siendo inaugurado el 1 de julio de 1940.
Apenas 4 meses más tarde de su inauguración, el 7 de noviembre de ese mismo año, el puente se derrumbó debido a un fenómeno aerodinámico denominado flameo.
¿En qué consiste dicho fenómeno? Echando mano de esa gran herramienta de consulta que es la wikipedia, nos encontramos con la siguiente definición:
" El flameo es una inestabilidad aeroelástica por la cual una estructura al vibrar absorbe energía del fluido circundante de tal forma que es incapaz de disipar en un ciclo de vibración toda la energía que absorbe. La superficie sustentadora está bajo la acción de la carga inducida por la sustentación. Una deformación le lleva a un punto donde se reduce la carga total, llevando al ala de nuevo a la posición original restaurando la carga total y entrando por tanto en un ciclo de vibración. Esto lleva a una situación de vibración autosostenida que puede llegar a desgastar la estructura. Es un efecto bien conocido y en todos los aviones fabricados se trata de asegurar que en ninguna condición de vuelo se esté durante un tiempo prolongado en la llamada velocidad de flameo evitando así una rotura o un desgaste estructural. El flameo puede originar desde un simple zumbido que apenas se nota en cabina hasta una vibración completamente sostenida que hace vibrar todo el avión creando problemas de aeronavegabilidad y posibles roturas."
Después de la teoría, veamos un vídeo con la definición hecha práctica:
Muchos os preguntaréis cómo un viento a una velocidad aproximadamente de 65 kilómetros por hora pudo provocar tal índice de destrucción. El colapso del puente de Tacoma es un claro ejemplo de la suma de errores en el campo de la ingeniería. Si los ingenieros del puente obviaron el efecto de la resonancia al pasar los coches sobre el puente, también obviaron lo que podía pasar con el viento, algo que se amplificó con la excesiva flexibilidad de los materiales utilizados, al haber recortado la robustez de las vigas presupuestadas en un principio, que dejaron al puente a un tercio de la rigidez recomendada para este tipo de construcciones. De hecho, por aquella época no se pensaba en que la aerodinámica también influía en estas construcciones y, desde entonces, construcciones a escala son sometidas a pruebas en túneles de viento y se añaden aberturas a los elementos de soporte para permitir el paso del viento.
Resultado:
Después del accidente, el puente fue rediseñado y reconstruido utilizando una estructura de entramado abierto, además de elementos de apoyo para aumentar la rigidez, siendo inaugurado de nuevo en 1950.
En 2007, se finalizaron las últimas obras de ampliación realizadas en el puente que conecta las ciudades de Tacoma con Gigs Harbor.
Coste puente colapsado: 8 millones de dólares (1940)
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