viernes, 26 de abril de 2013

Ford Pinto

En el año 1971, la casa Ford,lanzó al mercado estadounidense el Ford Pinto, un vehículo compacto con el que pretendían hacer frente a vehículos importados de tamaño más reducido.
 
 
Este modelo fue todo un éxito, vendiendo más de 400.000 unidades durante el primer año, poniéndose al nivel de ventas del Torino o del Mustang de la época.
 
El Pinto era un coche bonito, barato y divertido, aunque Ford al poco tiempo empezó a darse cuenta que muchos de eso vehículos se quemaban o explotaban. ¿Por qué? Porque el depósito de gasolina estaba detrás del eje trasero, o sea, casi justo detrás del parachoques. En un choque por alcance lateral o trasero, aunque fuera pequeño, el depósito chocaba contra el diferencial, normalmente se rompia y se incendiaba, llegando incluso a explotar.
 
 
 
Debido a que en su construcción se siguieron unos criterios económicos muy estrictos, la calidad de los materiales hacía que en caso de impacto, al ser la carrocería muy endeble, las puertas se bloquearan dejando a los ocupantes encerrados en el coche en llamas.

Ford estudió poner un refuerzo en la estructura para proteger el depósito, aunque finalmente no lo hicieron, no sabemos si porque les salia más rentable asumir las posibles demandas a modificar la estructura del coche.

 
 
 
En 1980 fué sustituido por el Escort americano.

Boceto (5): El quitagrapas

¿Cuántas veces habremos intentado sacar esa grapa que nos sobra para hacer una fotocopia usando nuestras uñas? ¿Cuántas veces en el intento nos habremos clavado una de las patillas, manchando de sangre el documento?
 
Seguramente el inventor del quitagrapas le debió pasar esto mismo infinidad de veces hasta que harto de uq siempre le sucediera lo mismo diseñó este pequeño gran artefacto. Gracias a él, las yemas de nuestros dedos son si cabe algo más felices en su día a día.
 
Hacía días que no colgaba ninguno de mis dibujos, y aunque no ha sido uno de los más complicados que haya realizado (todo cabe decirlo), este pequeño ingenio se merece hoy un homenaje.

¡Gracias, pequeño quitagrapas!


miércoles, 17 de abril de 2013

Colapso en las obras del Muelle Prat del Puerto de Barcelona

El Puerto de Barcelona presume desde septiembre de 2012 de poseer la terminal de contenedores más avanzada de todo el Mediterraneo. Pero años antes de inauguración, las obras del muelle del Prat, donde actualmente se encuentran estas instalaciones, colapsaron y se hundieron en el intento de ganar terreno al mar.

El 1 de enero de 2007, tras haber conseguido desplazar la desembocadura del río Llobregat hacia el sur para ampliar el puerto, 16 de los 37 cajones que conformaban la nueva línea de muelles, 600 metros de bloques de hormigón del tamaño de un edificio de seis plantas frente a la antigua desembocadura del río Llobregat, se desplazaron, colapsaron y hundieron en el fondo del mar. Aquel accidente causó unos perjuicios económicos que superaron los 216 millones, además de provocar un retraso de cuatro años en la entrada en servicio de la nueva plataforma, adjudicada a la primera compañía del mundo de transporte de contenedores, la empresa hongkonesa Hutchinson. 

Los expertos que estudiaron el accidente concluyeron que las decisiones técnicas adoptadas durante la construcción del Muelle Prat “fueron las correctas en todo momento”. Esa obra formaba parte de la ampliación del Puerto de Barcelona hacia el sur a través del Muelle Prat. El informe técnico sobre el desmoronamiento indicó que los materiales utilizados para rellenar la zona rescatada al mar se volvieron viscosos a consecuencia de un proceso de licuación.

A la viscosidad se agregó, según el informe técnico, la existencia de bolsas de gas que impregnaron estos materiales. Ambas circunstancias ocasionaron una presión de tal magnitud que acabó por desplazar los inmensos contenedores mar adentro.

A la inversión perdida en su día por el accidente hay que sumar los 62,9 millones a los que ascendieron los trabajos de reparación del hundimiento del Muelle Prat. Paradójicamente, estas obras de reparación fueron adjudicadas en noviembre de 2007 a UTE de Ferrovial y Cyes, las mismas que se encargaron del proyecto inicial que colapsó. Fuentes de la APB indicaron en su momento que la extracción y reparación de los bloques desplazados y la continuación del Muelle Prat se encargó a los mismos responsables del hundimiento “porque era el presupuesto más ajustado”. A estas sumas se unen las tasas de ocupación de dominio público que debía satisfacer la concesionaria de la nueva terminal del Muelle Prat y que la APB dejó de percibir, a razón de 29 millones anuales.

El proyecto de ingeniería del Muelle Prat desplazado y hundido, se tuvo que redefinir y pasó de una construcción a base de gigantescos bloques de hormigón a un nuevo planteamiento mediante pilotado y posterior construcción de una plataforma encima.




Por aquel entonces, iba yo embarcado en un pesquero con base en el  puerto de Barcelona y por las mismas fechas (aunque no logro recordar exactamente cuándo), recuerdo que volvíamos a tierra mucho antes de lo previsto debido a que habíamos roto todas las redes. Al entrar por la bocana norte, vimos una caseta de obra en el agua y policía, ambulancias y bomberos en el muelle. Al día siguiente, nos enteramos que desgraciadamente y debido al mar de fondo procedente del NE, una ola sobrapasó el rompeolas, llevándose por delante una caseta de obra. Dentro de la caseta, se encontraba un operario, el cual falleció debido al impacto. 

Desgraciadamente, hay accidentes a diario. Lo lamentable es cuando éstos se pueden evitar. Yo no soy ingeniero de puertos pero, ¿porqué se construye un rompeolas en forma de muro en vez de usar las típicas piedras/cubos de hormigón que rompen las olas? ¿Quién autorizó que se plantara una caseta de obra en un lugar tan desprotegido ante la fuerza del mar? 
Yo sólo sé que no sé nada, aunque creo que no soy el único.


lunes, 8 de abril de 2013

Boceto (4): Mi coche

Siguiendo con mis bocetos, hoy quiero rendir homenaje a mi coche.
 
Aquí os presento a mi Volkswagen Golf Variant 2.0 TDI. Un coche de 140 CV de potencia que desde hace ya algo más de cinco años, me lleva a todos los sitios. En fin, uno más de la familia.
 




domingo, 7 de abril de 2013

John Hancock Tower

Hola a todos,
 
Después de varios días de ausencia, hoy me reencuentro con todos vosotros para hablaros de la John Hancock Tower.
Este rascacielos es un un edificio de 60 plantas y 241 metros de altura situado en Boston, diseñado por Henry N. Cobb e inaugurado en el año 1976, siendo durante más de 30 años el edificio más alto de Boston.

 
El edificio tuvo que luchar con varios inconvenientes desde sus inicios, sufriendo desde problemas en la cimentación durante su construcción, hasta la caída de sus paneles de cristal, pasando por el balanceo de las últimas plantas los días de viento.
 
Los problemas de cimentación derivaron de la construcción de muros de contención temporales de metal, los cuales se arquearon, dando paso al barro y a la arcilla. Esta curvatura dañó las líneas de servicos públicos, la acera y la cercana e histórica Trinity Church, haciendo que la propietaria de la torre tuviera que pagar indemnizaciones por todos los desperfectos causados.

 
Otro de los problemas que más quebraderos de cabeza supuso fue la caída de los paneles de cristal de las ventanas del edificio de 227 kg. Estos paneles de 1,2 m x 3,4 m se desprendían al despegarse, estrellándose en la acera, con el peligro que esto conllevaba a los peatones. La policía de la ciudad tenía que cerrar las calles cuando los vientos superaban los 70 km/h para evitar cualquier desgracia. Se realizó una investigación oficial para averiguar el porqué de estos desprendimientos, sin llegar a ninguna explicación. Años más tarde, un laboratorio independiente confirmó eventualmente que el fallo del cristal era debido a oscilaciones y tensiones térmicas repetidas causadas por la expansión y contracción del aire entre los paneles de cristal interiores y exteriores que formaban cada ventana; la unión entre el cristal interno, material reflexivo, y el cristal exterior fue demasiado rígida trasmitiendo la fuerza al cristal externo (en lugar de absorberlo), causando que el cristal fallase.
En 1973 se sustituyeron los 10.344 paneles de ventanas por un único cristal tratado térmicamente. Esta sustitución tuvo un coste de unos 7 millones de dólares. Durante las reparaciones, se usaron hojas de contrachapado para sustituir las ventanas vacías, haciendo que se ganara el sobre nombre de "Palacio Contrachapado" y "Rancho Contrachapado".


Otro de los inconvenientes que se encontraron en este rascacielos los ocupantes de las plantas superiores fue el balanceo del edificio los días de viento. Para estabilizar este movimiento, se instaló un dispositivo llamado amortiguador de masa, consistente en dos pesos de 300 toneladas situados en extremos opuestos en la planta 58. Cada peso descansa en una placa de acero. La placa está recubierta con lubricante, por lo que el peso está libre para deslizarse. Pero el peso está unido a la estructura de acero del edificio por métodos de resortes y amortiguadores. Cuando Hancock balancea, el peso tiende a mantenerse inmóvil, permitiendo al suelo deslizarse bajo él. Entonces, ya que los resortes y amortiguadores se afianzan, comienzan a tirar del edificio. El efecto es como el de un giroscopio, estabilizando la torre. La razón es que hay dos pesos, en lugar de uno, lo que resulta en que pueden tirar en direcciones opuestas cuando el edificio se torsiona, con un coste de 8 millones de dólares, que incluyen el reforzamiento de la estructura para aguantar todo ese peso.

A pesar de haber padecido todos estos inconvenientes, no hay que lamentar víctimas mortales derivados de ellos, aunque sí una demora a la hora de inaugurar el rascacielos de 5 años (de 1971 a 1976) y un coste adicional de 100 millones de dólares, pasando de los 75 millones iniciales a los 175 millones de dólares que finalmente se rumorea que costó la John Hancock Tower.

Lo que no podemos obviar es que Henry N. Cobb llevó el concepto de rascacielos monolito de cristal a nuevos niveles, consiguiendo con la torre Hancock un importante logro en el diseño de rascacielos minimalista y modernista.